El estilo Escandinavo o Nórdico podríamos definirlo en dos palabras, luz y funcionalidad.
Este estilo viene marcado por la geografía, la historia y la climatología de los países de donde procede, que son Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca.
La escasez de luz durante los largos inviernos motivan que las paredes sean blancas para el mayor aprovechamiento de la luz natural. Los suelos, habitualmente de madera, aportan calidez a las estancias. Las maderas utilizadas suelen ser de la zona y a poder ser las más claras, tales como el Roble, Arce, Pino, Haya.
Su austeridad y simpleza de formas lo acercan al Minimalismo, en el que su máxima es el menos es mas promulgado por Mies van der Hoe. Se evitan elementos superfluos, inútiles y poco prácticos. Por lo tanto, el mobiliario es mínimo, práctico y de calidad.
Los detalles de color se aplican con los estampados de las tapicerías, así como en cojines, alfombras o cortinas.
En este estilo predominan los grandes ventanales que funcionan como grandes entradas de luz para potenciar al máximo la luz existente.
Características del estilo Escandinavo:
Color blanco en las paredes
Suelos de madera, principalmente, Roble o maderas claras
Detalles de color en accesorios
Estampados de color en tapicería
Aprovechamiento de la luz natural
Materiales naturales
Muebles y ambientes funcionales
Diseñadores Escandinavos que han pasado a la historia son Charles Eames, Verner Panton, Eero Saarinen y Arne Jacobsen.

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